No quiero describirme o darme voz... pero la luz que atravesaba en el cristal acariciaba tu piel y tu suave cara. No quiero aparecer en este relato, pero no se como trasmitir este recuerdo sin este rol relator. Fui el único testigo de tu semblante. También fui aquel inquisidor de aquellos profundos pensamientos, en los que estabas sumida. No encuentro otra manera de contarle a este mismo texto, que tu imagen aun sigue alojada en mi, me apena ser el principal contador. Perdóname si te abrume con tanto sentimiento de niño amoroso. Te perdono si mentiste, o callaste lo que no querías para mi. Perdóname por robarte tu pluma, por apropiarme de tu arte de hablar con letras. Aun se de vos... http://risochan.com/chrisgambrell
Por Eric Leonel Sánchez